Los factores de la diversidad del Jerez 
La diversidad es sin duda uno de los rasgos distintivos de la 
identidad del Jerez: finos, olorosos, moscateles... vinos diferentes que
 nos ofrecen una paleta de colores que parece no tener fin, como tampoco
 lo tienen la variedad extraordinaria de aromas, sabores y texturas que 
conforman el universo de los vinos de estas Denominaciones de Origen. 
  
Pero ¿Qué hace que haya distintos vinos de Jerez?
  
El tipo de crianza
La decisión del bodeguero de encabezar los vinos bien hasta los 15,5º de alcohol o bien por encima de 17º, va a determinar el mantenimiento o no del velo de flor sobre el vino y, por tanto, el tipo de crianza y las características organolépticas que irá adquiriendo con el paso de los años.
El tipo de fermentación
Otro factor fundamental de diferenciación es la forma en la que se vinifican los mostos: es decir, el proceso mediante el que se transforman las uvas en vino joven.
La inmensa mayoría de las uvas que se destinan a la elaboración de 
vinos de Jerez se vinifican mediante procedimientos que implican la 
fermentación total de los mostos obtenidos del prensado de uvas frescas.
 De esa manera se obtienen vinos totalmente secos, es decir, con 
cantidades de azúcar residual (sin transformar en alcohol) prácticamente
 insignificantes. Se trata generalmente de uvas de la variedad Palomino,
 que tras la corta son transportadas rápidamente a los lagares donde, 
mediante presiones suaves, se obtiene un mosto limpio, pálido y ligero. 
La fermentación total de esos mostos da origen al "vino base", un vino 
blanco totalmente seco, que es el origen de todos los vinos de Jerez 
"Generosos" y de la Manzanilla. 
  En definitiva, el tipo de fermentación: completa o parcial, va a posibilitar la obtención de vinos totalmente secos (vinos generosos), o extraordinariamente dulces (vinos dulces naturales). La mezcla de los dos tipos anteriores dará lugar igualmente a vinos con distintos niveles de dulzor (vinos generosos de licor).




