Un smoothie (del inglés smooth:
suave) es un batido de fruta comercializado con esta apelación. Es una
bebida cremosa no alcohólica preparada a base de trozos y zumos de fruta, concentrados o congelados, mezclados tradicionalmente con productos lácteos, hielo o helado.
Características
Suele tener una consistencia algo densa, y su consistencia es parecida a un batido
pero algo más espeso. Se diferencia principalmente del resto de
productos del mismo sector por su cremosidad. Se le suede añadir leche, leche de soja o bien yogur natural para enriquecerlo en proteínas.
Los smoothies industriales contienen trocitos triturados o licuados
de varias frutas, a los que se añaden diversos zumos elaborados con
deshidrataciones o concentrados, pudiendo algunos ser naturales. No
tiene aditivos que modifiquen su aspecto o su sabor, pero contiene a
menudo vitaminas añadidas para compensar la carencia en vitaminas
naturales. La mezcla triturada se conserva mediante pasteurización.
El auténtico smoothie se elabora a base de una mezcla de frutas
frescas o congeladas, trituradas o licuadas en el momento de consumirla.
Tradicionalmente, en Estados Unidos, el smoothie se consumía mezclado
con hielo picado, por lo que era parecido a un granizado natural, pero más cremoso, de ahí su nombre.
Una recomendación para reconocer un verdadero smoothie es que no estén comercializados en envases tetra brik
o tetra pack, vidrio o metal, ya que significa que han pasado por un
proceso de concentración y evaporización del agua mediante calor,
proceso que disminuye rápida y progresivamente las vitaminas
que pueda contener. También es importante observar los ingredientes,
puesto que se elaboran con numerosos productos alternativos como pulpa, purés, néctares y otros aditivos.
Historia
El smoothie proviene de la tradición de tomar mezclas de fruta fresca
batida, en los países tropicales de América Latina. Esta tradición
ancestral pasó a Estados Unidos donde rápidamente se puso de moda.
El concepto nació en California
en los años 1960 junto a un boom de gente que sentía la necesidad del
cuidado personal y los gimnasios, las bebidas energéticas y bajas en
calorías y grasas. Productos que tuvieron gran auge durante esta época
fueron todas las bebidas ‘light’, naturales y orgánicas. Los smoothies fueron una alternativa energética y vitamínica a las bebidas artificiales o los refrescos. El smoothie se popularizó a finales de 1960 en Estados Unidos
a través de las tiendas especializadas de productos naturales y los
vendedores de helados como bebida refrescante. Poco a poco se fueron
comercializando envasados, a medida que crecía la demanda de productos
naturales por consumidores preocupados por la salud.
Controversias
Los smoothies son promocionados como una bebida con nutrientes beneficiosos para la salud, elaborada con fruta natural que aporta una gran cantidad energética. Su principal característica serían las vitaminas que contienen y que son bajos en calorías. Para garantizar el valor energético que puede aportar un smoothie sería imprescindible que éstos fueran cien por cien «naturales», sin aditivos.
La OCU, Organización de Consumidores y Usuarios, ha realizado un estudio de los productos comercializados como smoothies, cuyo resultado fue publicado en febrero de 2009.
La organización avisa de que su consumo no equivale al de fruta fresca. Los análisis de los smoothies ofrecidos por marcas comerciales demuestran que éstas aseguran que el producto equivale a una ración de fruta fresca cuando en realidad no alcanza cantidades mínimas de nutrientes tan característicos de la fruta fresca como la fibra y el ácido fólico. A parte de los numerosos ingredientes no naturales presentes en la composición de los smoothies, se comprobó que los procesos de elaboración de estos productos implican unas mermas importantes de los nutrientes de las frutas de origen. Resultan además más caros que la fruta fresca.
La organización avisa de que su consumo no equivale al de fruta fresca. Los análisis de los smoothies ofrecidos por marcas comerciales demuestran que éstas aseguran que el producto equivale a una ración de fruta fresca cuando en realidad no alcanza cantidades mínimas de nutrientes tan característicos de la fruta fresca como la fibra y el ácido fólico. A parte de los numerosos ingredientes no naturales presentes en la composición de los smoothies, se comprobó que los procesos de elaboración de estos productos implican unas mermas importantes de los nutrientes de las frutas de origen. Resultan además más caros que la fruta fresca.
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