Un año más, toca disfrazarse de bruja piruja y frotar la bola mágica. ¿Qué tendencias subirán a las barras en 2016? Nos atrevemos a predecir siete tendencias, aún a riesgo de que a final de año nos tiréis de las orejas.
Cócteles bajos en alcohol
Cuidarse está de moda. Será que la vida nos sonríe y queremos llegar a
viejos. En el ámbito general de la gastronomía se observa una tendencia
a abrazar supuestos super alimentos, cada vez más chefs apuestan por el
mundo verde, la fiebre running y el deporte en general vive un gran
momento. ¿Por qué esa tendencia no iba a llegar a las barras? Ramón Parra ha sido uno de los bartenders que mejor ha trabajado durante 2015 los cócteles sin alcohol o con muy poco alcohol. En Bobby Gin, Alberto Pizarro también cuida las mezclas de baja graduación. Y en los restaurantes que controla Marc Álvarez también es común encontrar copas de moderado perfil alcohólico.
Aperitivos muy alcohólicos
Aunque parezca que nos contradecimos, no es así. El momento del aperitivo
puede ser el más adecuado para beber una copa con un perfil alcohólico
alto. Tenemos una comida y toda la tarde (o noche) por delante, calorías
y tiempo ayudarán a paliar los efectos. No es nada nuevo, el Negroni o el Dry Martini siempre han sido copas potentes. Pero es posible que en 2016, viendo el auge que parece no detenerse del vermut, sea el año en que brillen los cócteles de aperitivo, y fuertecitos.
Sangría
Durante 2015 hemos visto como distintos medios internacionales de muchísimo prestigio –el New York Times,
sin ir más lejos– se hacen eco de la sangría. También, por si alguien
sospecha de la imparcialidad del NY Times, aparece en el número uno de los cócteles más buscados en Google.
Lo cierto es que dentro de nuestras fronteras la Sangría se ha
maltratado muchísimo y en los baremos de apreciación general está a la
altura del kalimotxo. Pero eso sólo es posible en un país donde
maltratamos la paella. Por decirlo de otra manera: si la sangría fuera
un invento italiano, estaría triunfando en medio mundo. Por suerte, maestros como Marc Álvarez ya llevan un tiempo reivindicándola.
Ron, ron, ron, la botella de ron
Dulce y con carácter. El ron, que no ha vivido sus mejores momentos
en las últimas dos décadas, llama a la puerta. Y, ojo, no nos referimos a
cócteles de ron sino al ron como destilado, al ron de calidad
para beber a sorbos. A medida que el paladar del consumidor madura,
destilados más complejos pueden imponerse y, para qué negarlo, el ron es
el destilado complejo de más fácil aceptación.
Escanciado
Si finalmente se consolida la aceptación de vinos y jereces en las barras, algo que parece probable y que muchos venimos advirtiendo desde el año pasado,
la técnica de escanciar se impondrá también. No sólo porque es la mejor
manera de sacar todo el provecho de estos alcoholes, sino porque además
es espectacular y, el espectáculo detrás de la barra siempre es un
plus.
Servicio
El momento de los bartenders parcos y malhumorados jamás debería haber llegado pero, en cualquier caso, ya se fue. Alberto Pizarro ha escrito algunos posts al respecto. La profesionalidad de barras como Solange hacen bandera de un servicio de excepción. La cercanía de profesionales como los que ofician en 1862 Dry Bar
es para quitarse el sombrero. Y, ojo, estos tres son tan sólo algunos
ejemplos de los magníficos profesionales que pueblan las barras
nacionales. Es el momento de los bartenders y las barmaids con alma.
Beertails
El momento que está viviendo la cerveza artesana es envidiable. El
fenómeno arrasa desde hace años en Cataluña, se extiende con fuerza por
la Comunidad de Madrid y País Vasco y, por supuesto, en el resto de la
península. Quizá es el momento de desempolvar la receta del Black Velvet y ponernos a imaginar otras. Quizá atraemos a un nuevo sector de clientes.
Y vosotros, ¿qué tendencias creéis que vienen en 2016?
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