Cuatro claves de los aperitivos clásicos italianos
Ya esta lista la nueva edición del Martini Grand Prix. con representación española, la gran final mundial que se celebrará del 28 al 30
de octubre próximo, en Pessione (Turín, Italia), la patria chica de Martini. ¿Cuál es el reto para los finalistas? Pues nada más y nada menos que
crear una receta de cóctel clásico de aperitivo de Martini como los que
se mencionan a continuación.
Americano
Campari, Martini Rosso, Soda… este cocktail hipster avant la lettre
no tiene secretos y ofrece un amargo moderado gracias a la presencia de
la soda pero, ¿por qué se sirven Americanos tan mediocres? Ocurre como
con el Negroni, su aparente sencillez hace que los incautos se confíen.
Negroni
El aristocrático clásico
es uno de los cócteles más sencillos de preparar. Sin embargo, como
todas las recetas sencillas, es complicado de dominar. La combinación de
tres ingredientes a partes iguales esconde una trampa, sin ingredientes
de calidad, frío y cierta reflexión por parte del bartender, un Negroni
puede convertirse en un mal trago.
Sbagliato
Alguien decidió que cambiar la ginebra del Negroni por un poco
de prosecco (o champagne o cava) era estropearlo (el significado de sbagliato
es estropeado). Nada más lejos de la realidad, aunque el Sbagliato no
tiene la popularidad de los anteriores, en manos expertas puede
convertirse en una delicia.
Milano – Torino (Mito)
Si los anteriores son sencillos, el Mito se lleva la palma. Campari y
Martini Rosso a partes iguales. El mito, como el Dry Martini, es el
ejemplo perfecto de que lo fácil puede ser muy complicado.
¿Qué tienen en común?
Basándonos ens las cuatro recetas anteriores, alguien que quiera
ganar la final nacional de Martini Grand Prix, ¿qué debería buscar en su
receta? Pues además de seguir escrupulosamente las Bases del Concurso, nuestro humilde punto de vista es que el cóctel ganador reunirá las siguientes cualidades…
Elegancia: garnishes sobrios, tragos cortos, colores ambarinos, hielos bien trabajados, cristalería soberbia. Y, sin duda, sencillez.
Sencillez: parafraseando a Coco Chanel, la sencillez
es la clave de la elegancia. Un aperitivo italiano debe ser elegante y,
por tanto, sencillo en su ejecución. Un número corto de ingredientes,
una receta al alcance de cualquier anfitrión que quiera agasajar a sus
invitados, rapidez… habría que considerarlo.
Reflexión: clave para que la sencillez no quede
reducida a simplonería. La reflexión previa del autor de la receta es
clave. Una ejecución sencilla, para sobresalir, precisa de una
concepción compleja y meditada. Algo al alcance de unos pocos maestros.
Amargo: el amargo es el sabor del aperitivo. Un
exceso de dulce satura las papilas gustativas y predispone a cerrar el
estómago, justo lo contrario que se espera de un aperitivo. El ácido y
el salado pueden ser aliados del amargo pero la balanza nunca, nunca,
debería inclinarse al dulce.
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