viernes, 28 de agosto de 2015

Ginebra hecha con productos Mexicanos



"Gin san miguel"La nueva destilería artesanal ubicada en San Diego, Old Harbor Distilling Company, ha lanzado al mercado un producto de calidad. Este destilado es un London Dry hecho a base de botánicos y sabores típicos, lo peculiar es que se ha adaptado a los sabores de la cocina mexicana

San Miguel Southwestern Gin fue creado usando botanicos como: Cilantro, limón, salvia y bayas de enebro procedentes de Italia.

Influenciado por las culturas españolas y mexicanas; San Miguel, lleva el nombre del titulo otorgado a San Diego por Juan Rodríguez Cabrill, el famoso explorador que reclamó la ciudad costera para España en 1542.

Manufacturado por el fabricante de cerveza y actual destilador Michael Skubic, él mismo describe su Gin como: Especiado, brillante y con una gran intensidad herbal que se puede degustar sólo o en un excelente cóctel.

"San Diego es una de las mejores ciudades en el mundo para cultivar, todo el año tenemos acceso a los botánicos con los que elaboramos nuestra ginebra" dijo Skubic, maestro destilador y fundador de Old Harbour.

La destilería esta ubicada en una planta de 7.500 metros cuadrados en East Village, San Diego y utiliza un alambique híbrido de una columna para elaborar sus emblemáticas Ginebras.

viernes, 21 de agosto de 2015

LOS MEJORES COCTELES PARA EL VERANO

COOLER 21

Cooler 21Ingredientes:
• Zumon de 1/2 limón
• 8 gr. de azúcar
• 20 cl. de ginger ale
• 20 gr. de dados de manzana
• 1 rodaja de limón

Preparación:
Empezaremos exprimiendo el zumo del limón de modo que obtendremos el zumo. Verteremos el zumo de limón en un vaso de long drink, junto con el azúcar. Deberemos disolverlo en el zumo, antes de dar el siguiente paso que sera añadir tres cubitos de hielo, la rodaja de limón y los daditos de fruta.


Las frutas que podemos añadir a este cócteles son la fresa y la manzana. Estas frutas las debemos cortar al momento, especialmente la manzana que sufre una rápida oxidación.
Terminaremos este sencillo cóctel añadiendo el ginger ale. Para servirlo pondremos una pajita y una brocheta de madera para facilitar al cliente que pueda pinchar los daditos de fruta.


PINEAPPLE COLERS


Ingredientes:

-4 tazas de trozos de piña
-1 1/2 tazas de hielo
-1/4 de Jugo de limón
-1/4 de Leche de coco
-1/3 taza de ron

Instrucciones: 

1.-Mezcla todos los ingredientes en una licuadora hasta que quede suave.

2.-Sirve en un vaso y adorna con un trozo de piña, rodaja de limón y una ramita de menta!


COSMOPOLITAN
  • 4.0 cl. Vodka Citrón (aromatizado al limón)
  • 1.5 cl. Cointreau
  • 1.5 cl. Jugo de lima
  • 3.0 cl. Jugo de arándanos
  • Servir muy frio(enfriar la copa antes)
  • En coctelera




COCTEL HURRACAINE

Ingredientes:


  • 1 ¼ onzas de ron oscuro
  • 1 ½ onzas de jugo de maracuyá
  • ¾ onza de jugo de naranja
  • ¾ onza de jugo de limón
  • ½ onza de jarabe de almíbar
  • Granadina
  • Hielo picado



CÓCTEL DIETÉTICO SLIM KING


  • 20cl. zumo arándanos
  • 12 fresas congeladas
  • Cucharada de miel
  • Chorrito de zumo de limón
  • Decorar con una rama de menta y arándanos
  • Todo en batidora

viernes, 14 de agosto de 2015

Qué cerveza pedir según el país en estas vacaciones

Si viaja a Bélgica debería probar una Lambic y si su destino es República Checa sepa que allí la variedad tradicional es la Pils



Empecemos derribando mitos. El consumo moderado de cerveza no modifica el peso corporal ni tampoco la composición del mismo. Es decir, ni engorda ni saca tripa. Lo deja bien claro el estudio realizado por Ana María Veses Alcobendas para el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición (ICTAN). Pero, ¿qué se considera consumo moderado? Aquí no valen percepciones subjetivas. El European Food Information Council (EUFIC) recoge las recomendaciones de la OMS: dos cañitas máximo al día si usted es mujer (50 cl en total), y tres en caso de ser hombre. Para seguir con las buenas noticias, mencionamos las investigaciones del doctor Ramón Estruch, del hospital Clinic de Barcelona, publicadas por el Centro de Información Cerveza y Salud, que afirman que la ingesta moderada y regular de cerveza en las comidas principales ejerce un efecto protector contra la aterosclerosis y otros factores de riesgo cardiovascular. La guinda positiva son las conclusiones de la Universidad de Lanzhou en China sobre el Xanthohumol, un polifenol presente en el lúpulo, antioxidante y anticancerígeno, y un aliado perfecto contra las enfermedades neurodegenerativas.

Así pues, todo parecen ser virtudes en la que, probablemente, es la bebida más solicitada del mundo, entre otras cosas, como afirma Jacobo Olalla, Director General de Cerveceros de España, por su capacidad para fusionar gastronomía, amistad y placer. “Es la bebida social por antonomasia. Podríamos decir que la fórmula del éxito es la calidad: buenas cervezas con buenas tapas, en buena compañía y en buenos bares. Salir a tomar unas cañas con los amigos es un plan que siempre apetece y que se identifica con nuestra cultura”, asegura. Como apunta el Olalla, la cerveza ha establecido una serie de rituales sociales y es capaz de promocionar la imagen de cada país más allá de sus propias fronteras. De hecho, cualquiera que escuche la palabra Coronita, viajará mentalmente a México; si se menciona una Birra Moretti, se ubicará en Italia; Victoria Bitter, le llevará hasta Australia; Budweiser, a Norteamérica; y hasta un japonés sería capaz de reconocer el made in Spain detrás de una botella de Cruzcampo, mientras saborea una de sus populares Asahi.

La verdadera cerveza

Sin embargo, más allá de las marcas comerciales populares, lo correcto, si usted es aspirante a experto en el tema, es conocer los tipos y variedades. “Cada cerveza es característica de un lugar, y cada país o zona tiene su variedad típica. Por ejemplo, si hablo de una Ale, pues me voy a Düsseldorf; si quiero tomar una Kölsch, iría a Colonia; si el antojo es beber una verdadera Pils, pues hay que ir a la República Checa; y si la opción es disfrutar de una Lambic, hay que viajar a Bélgica, de donde son típicas”, comenta el maestro y técnico cervecero José Luis Ramírez, de la cervecería Oldenburg de Madrid.
¿Ale? ¿Kölsch? ¿Pils? ¿Lambic? ¿Y usted que pensaba que solo había tres tipos: rubias, tostadas y negras? En este mundo sin fin del combinado entre agua, cebada, levadura y lúpulo, el primer paso para distinguir una cerveza de otra es su método de elaboración: de baja fermentación o de alta. “En el primero, el proceso de fermentación se realiza entre cinco y siete grados de temperatura de seis a ocho días; en el segundo método, se realiza entre 17 y 19 grados y las levaduras permanecen arriba, en la superficie de la olla de fermentación”, explica el especialista Ramírez. Esto hace que las primeras sean más suaves y con menos grados de alcohol; y las segundas tengan más cuerpo, sean más complejas, y también se suban más a la cabeza pues su graduación alcohólica suele ir desde los 5.5° a los 12° o más. A las primeras se las conoce como Lager; a las segundas, como Ale.

Rizando el rizo

La familia de las Lager, que surgieron en 1842, tiene una amplia gama de estilos: desde la Pilsen estándar, que es la rubia y transparente que consumimos en España (por cierto, nuestro consumo medio es de 46,3 litros al año per cápita, según el Informe Socioeconómico 2013 de Cerveceros España), hasta las exclusivas Pils checas, pasando por las Pálidas de Baviera, las Oscuras estilo Munich, o las Bock, por ejemplo. Mientras que muchas del clan de las Ale son tradicionales en diferentes países de Centro Europa desde la Edad Media, cuando la cerveza no era un refresco para saciar la sed, tal y como lo concebimos, sino un alimento. “En aquella época, los monjes durante la cuaresma no tenían permitido comer ni tampoco masticar. Solo podían beber. ¿Qué bebida se autoconservaba sin necesidad de frío, hidrataba (más del 90% es agua), alimentaba (gracias a los cereales), tenía beneficios para la salud y, por su contenido en alcohol, no dejaba proliferar las bacterias en el cuerpo? La cerveza”, explica David Castro, presidente de la Asociación Española de Cerveceros Artesanos Independientes. De hecho, la producción de los monjes dio lugar a las conocidas variedades Abadía y Trapense, típicas de Bélgica y Holanda, que aún hoy se siguen elaborando en algunos monasterios y compiten en sabor con otras Ale, como las Stout, las Pale Ale y las Porter inglesas, o las Kölsch alemanas, por nombrar algunas.
Y entonces, ¿lo de rubia, tostada y morena? “El color no tiene nada que ver con la fermentación. Es algo que se consigue en la primera cocción de la malta para que el agua salga ya teñida del color que deseamos darle a la cerveza. Las Stout de Inglaterra e Irlanda son unas negras de alta fermentación muy características donde la malta se maltea a unas temperaturas muy altas para conseguir ese negro total. Pero en Alemania y en la República Checa hay también cerveza negra que es de baja fermentación”, detalla José Luis Ramírez.

¿Vaso o copa?

Si con estas nociones iniciales le han entrado ganas de indagar más en la cultura cervecera, es necesario que ahora active su espíritu aventurero, pues va a probar sabores muy diferentes. En Bélgica, por ejemplo, ha de pedir una Lambic, peculiar porque es la única cerveza en el mundo que se produce por un método diverso: el de fermentación espontánea. Y si le resulta extraña, nada mejor que catar otras y comparar. Básicamente, para que se haga una idea, “el sabor de las de alta fermentación suele ser más a fruta. Las de baja, más a lúpulo y materia prima, es decir, cebada. Si se trata de una cerveza de trigo, tendrá aromas más vegetales”, apunta Juan Muñoz, sumiller y autor de 365 cervezas que no puedes dejar de probar (Grijalbo). Las diferencias aromáticas y su complejidad también afectan directamente al recipiente en el que servirlas. “La cerveza va a ir necesitando una copa más ancha, tipo cáliz, en función de una mayor potencia y cuerpo, de los grados de alcohol y del aroma. En cambio, el vaso tipo flauta largo es ideal para las Lager porque son cervezas ligeras que no necesitan tanta apertura para respirar”, apunta el sumiller.
El siguiente paso para no meter la pata allá donde vaya es saber que no todas las cervezas se sirven a la misma temperatura, ni mucho menos heladas como es la costumbre española. Según explica el maestro cervecero José Luis Ramírez, “una Pilsen normal (es decir, la típica caña) ha de estar entre tres y cinco grados. Una Ale tostada de Abadía, por ejemplo, entre seis y nueve. Y una Stout, que son las más rebuscadas, entre 8 y 12”. Y, en todos los casos, como zanja el sumiller Muñoz, “lo importante es que el recipiente sea de cristal. Y cuanto más delgado y mayor calidad tenga, mejor será la sensación a la hora de beberla”.

Sepa disfrutarla

¿Cómo? Juan Muñoz nos da cuatro pautas:
1. Espere unos instantes. “Por regla general, en las cervezas de Abadía, Trapenses, de trigo, en las de crianza y en las cervezas de fermentación espontánea es conveniente que reposen unos instantes antes de beberlas. En una Lager, de barril, fresca, y ligera, no hace falta”.
2. Fíjese en la espuma. “Ha de ser cremosa. Aporta aromas y protege, y es una parte fundamental de la cerveza, sea del tipo que sea”. Jacobo Olalla, de Cerveceros de España, recuerda que “la mejor pista para saber si una cerveza está bien tirada son los dos dedos de espuma brillante y la huella en forma de aros que va dejando en la copa”.
3. Huela. “Es muy importante que reconozcamos aromas limpios, sobre todo cuando son cervezas de barril”, señala el sumiller.
4. Y combine. Una parte novedosa para disfrutar al máximo de su sabor es aprender a maridarlas. “Una Lambic vieja con queso azul, o una Stout bien negra con un postre de chocolate. Claro que nuestra caña española fría con unos boquerones en vinagre es también una delicia”, apunta Muñoz.


El sabor más local

Desde hace cinco años, más o menos, el sector de los cerveceros artesanos en nuestro país elabora Ales de gran calidad que podrá catar en sus provincias de origen. Como las Bresañ, de Palencia; La Cibeles, de Madrid; las San Amaro, de Pontevedra; Ora Nona, de Ávila; o las Beer Cat, de Barcelona. Por lo que ya no es necesario ir a Gante o a Alemania para probar sabores únicos. “El 95% de nuestra producción suelen ser cervezas de alta fermentación que era algo que en España no se encontraba, pero que sí existía en Europa desde hace más de 500 años”, explica David Castro. “Elaboramos estas cervezas de una forma más natural, siguiendo un método tradicional. Usamos lúpulos cultivados de una forma lo más ecológica posible; y primamos ingredientes de la zona, el agua, las cebadas y los granos locales, enfatizando así el aspecto regionalista para que la marca sea también identificativa de la ciudad o región. Todo esto atrae al público que ve en ellas algo distinto a lo que tomaba desde hace años”, explica Castro. Este movimiento enlaza directamente con la cultura europea de la cerveza como alimento, y no como mero refresco, que aquí aún no había echado raíces. Y aunque la producción de estas microcerveceras todavía es pequeña en comparación con las grandes compañías industriales, “el sector experimenta un 130% de crecimiento anual”, asegura Castro, lo cual indica que no es una moda pasajera, sino que ha venido.

viernes, 7 de agosto de 2015

Bitters de Maple con Nuez


Ingredientes
-3/4 taza de nueces picadas ligeramente tostadas
-1 cucharadita de corteza de Cassia
-1/2 cucharada de pimienta gorda o de jamaica
-1/4 cucharadita de pimienta negra
-4 clavos
-2 tazas o 500ml. de Bourbon
-1 Taza de agua
-2 cucharaditas de jarabe de maple
 

Modo de preparación
1.- Coloca todos los ingredientes excepto el Bourbon, agua, y el jarabe de maple en un frasco con tapa. Agrega el Bourbon cierra herméticamente y almacena en un lugar templado alejado de la luz del sol durante 2 semanas, agítalo fuertemente una vez al día.

 
2.- Después de las 2 semanas cuela el liquido utilizando unas gasas y un embudo, vierte el liquido colado en otro frasco de vidrio completamente limpio.
Exprime el liquido de la gasa dentro del frasco con el liquido y agrega los sólidos en una cacerola.
 
3.-Agrega el agua a la cacerola y llevar a hervor. Tapa la cacerola baja la llama y calienta a fuego lento durante 10 minutos. Después del tiempo indicado apaga el fuego y deja enfriar completamente. Una vez frío, coloca el liquido en un frasco, tápalo y almacena en un lugar obscuro y templado lejos de los rayos del sol por una semana. Asegúrate de agitarlo diariamente.
 
4.- Después de una semana cuela el contenido con la ayuda de un embudo y una gasa y vierte el liquido en el frasco que contiene el Bourbon. Agrega el jarabe de Maple y revuelve perfectamente. Tapa el frasco y agita fuertemente.
 
5.-Almacena en una lugar obscuro a temperatura ambiente por 3 días, después de este tiempo destapa y cuela los sólidos que queden en la base. Vierte el amargo en botellas pequeñas y etiquetalas. Tiene una vida de 1 año.