Arándanos para infecciones de orina
En zumo o en preparados son eficaces para prevenir las infecciones urinarias, pero se analiza su papel en el tratamiento.
El saber popular ha empleado los arándanos
durante décadas para la prevención, e incluso el tratamiento, de las
infecciones del tracto urinario. Por este motivo, en los últimos años,
el arándano rojo ("Vaccinium macrocarpon") es objeto de diversas
investigaciones. Se analiza tanto su riqueza antioxidante como su papel
preventivo ante las infecciones.
Los arándanos rojos, en sus distintas presentaciones -jugo, comprimidos o
cápsulas-, ejercen una acción antiséptica y antibiótica sobre los
gérmenes causantes de las infecciones urinarias. En especial, actúan
sobre la "Escherichia coli", tal como revelan los estudios realizados
hasta la fecha. Las mujeres son uno de los sectores más propensos a
sufrir infecciones de orina. Entre ellas, destacan la cistitis, una infección localizada en la vejiga, y ciertas infecciones frecuentes durante el embarazo.
¿Jugo, cápsulas o pastillas?
Estos frutos contienen una sustancia que puede ayudar a prevenir las infecciones
del tracto urinario e impide que las bacterias se peguen en las paredes
de la vejiga. A partir de esta hipótesis, muchas investigaciones tratan
de confirmar su papel en la prevención y el tratamiento de las
distintas infecciones que se localizan en la vejiga (cistitis), en el
parénquima renal (pielonefritis) o en la próstata (prostatitis aguda o
crónica bacteriana).
Una de las revisiones más recientes de la Biblioteca científica Cochrane
es la realizada en 2008 por los expertos Jepson R.G. y Craig J.C. Los
autores identificaron diez estudios que evaluaban el papel de los
arándanos en la prevención de las infecciones urinarias. En siete de
ellos se analizaba el efecto del jugo de arándano en comparación con el
placebo y en cuatro se estudiaba el resultado de los comprimidos (uno de
los estudios evaluó tanto el jugo como las pastillas). En total,
sumaban 1.049 participantes. Los autores afirman que hay pruebas
fehacientes de que el consumo de estos complementos reduce los síntomas y
la incidencia de las infecciones urinarias durante un período de 12
meses.
La acción profiláctica es más efectiva en mujeres con infecciones
urinarias recurrentes. Sin embargo, la evidencia no es concluyente para
hombres y mujeres mayores, ni para niños. Los estudios seleccionados no
emplearon cantidades normalizadas de componentes activos del arándano,
los antocianos. Por este motivo, no está clara la dosis óptima y se
desconoce si es más eficaz tomarlo en forma de zumo, extracto,
comprimidos o cápsulas. Ésta es una de las lagunas pendientes de
resolver en investigaciones posteriores.
Prevención sí, tratamiento no
Los mismos autores concluyen que no encuentran evidencia suficiente
sobre los efectos del jugo de arándano o de otros productos derivados en
el tratamiento de las infecciones urinarias. Por tanto, sólo queda
demostrada su utilidad en la prevención, en particular, en mujeres con
infecciones urinarias recurrentes.
Un dato destacable es el gran número de personas (hasta un 55%) que
abandonan el consumo de zumo de arándanos. Un hecho que se explica por
la falta de costumbre a su sabor, fuerte y con un toque amargo. Algunos
efectos adversos, como la intolerancia gastrointestinal y un aumento de
peso a causa de los azúcares añadidos, provocan que se deje de consumir.
Además, puede alterar el efecto de ciertos medicamentos como la
warfarina (anticoagulante). Este tipo de interacciones con determinados
fármacos se constata con otros zumos de frutas, como los jugos de pomelo o de manzana.
Componentes antiadherentes
Se considera que los ácidos de los arándanos acidifican la orina, un
proceso que ocasiona el supuesto efecto antibacteriano. Sin embargo, los
estudios no han encontrado que el consumo razonable de jugo de arándano
o los comprimidos disminuyan pH de la orina. Desde 1980, se indaga en
el mecanismo de algunos de sus componentes para inhibir la adhesión de
las bacterias a la pared de la vejiga.
Una investigación examinó el efecto del zumo de arándano en la adhesión de Escherichia coli
"in vitro", en un modelo animal y en un entorno clínico. Se descubrió
que el jugo inhibe la adhesión del 75% de sus cepas "in vitro". En un
ambiente clínico, los efectos antiadherentes de los componentes de los
arándanos han sido también contrastados y confirmados a las pocas horas
(entre una y tres) de ingerir el zumo.
Desde el Department of Chemical Engineering del Worcester Polytechnic
Institute, en Massachusetts (EE.UU.), estudiaron la capacidad de las
proantocianidinas para evitar la adhesión de las bacterias a las células
epiteliales del tracto urinario: su efecto antibacteriano aumentaba con
mayores concentraciones de jugo de arándanos. No obstante, queda por
establecer todavía la dosis mínima para conseguir el máximo beneficio
sin efectos secundarios. Como contrapartida, los arándanos destacan por
su alta concentración de ácido oxálico, una sustancia que deben evitar
quienes tienen tendencia a formar cálculos renales de oxalato de calcio.
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