¿Cómo ha de ser el hielo?, ¿con qué botánicos aromatizarlo?,
¿cuál es la proporción correcta entre ginebra y tónica?, ¿cuál es el
vaso más apropiado para su degustación?...
Lleva varios años siendo el ‘rey’ absoluto de los combinados. Y
no parece estar dispuesto a perder su trono. Hablamos, cómo no, del gin tonic.
Ese trago clásico de origen inglés, convertido en verdadero fenómeno
‘gourmet’ en los últimos tiempos. Cada vez tenemos en los mercados un
número mayor de ginebras Premium, de tónicas con las que
combinarlas, y de aderezos y botánicos con los que aromatizarlas… Una
moda llevada en ocasiones hasta el 'delirio'. Y es que hay bares en los
que, después pedir un gin tonic, lo que llega a la mesa o a la barra se parece casi más a una ensalada que a un combinado.
Pero más allá de los 'disparates' perpetrados con cierta frecuencia en este terreno, sí es cierto que un gin tonic
es algo más que mezclar ginebra con tónica. Así, el seguimiento de una
serie de pautas básicas harán de este combinado el más apetecible de los
tragos, mientras que el no cumplimiento de otras podrá arruinar hasta
la mejor de las ginebras.
En este sentido, hoy queremos contarte algunos de esos errores más comunes a la hora de preparar un rico gin tonic. Consejos y recomendaciones que nos llegan de la mano de la conocida marca de destilados ‘Rives’:
Un mal vaso, un mal gin tonic
La ginebra es un destilado aromático y buena parte de su éxito reside en
que pueda expandirse junto a la tónica para ofrecer sus mejores matices
gustativos y aromáticos. Hace dos décadas en España se usaba el vaso de
tubo para los combinados. En un vaso estrecho la ginebra no es capaz de
abrirse y mostrar todas sus posibilidades. ¿La mejor opción?: la copa
de balón o, en su defecto, un vaso ancho.
Nunca caliente, por favor
Aunque es recomendable que la ginebra esté fría, no es esencial. Lo que
es importante es que el vaso coja frío al añadir el hielo. La clave está
en que el gin tonic se mantenga el máximo tiempo a la menor
temperatura posible. Se deben dejar los cubitos en la copa al menos unos
minutos y escurrir el agua sobrante antes de servir la ginebra y los
botánicos.
En ocasiones hay bebedores de gin tonic que despliegan una gran
parafernalia respecto a la calidad ‘ultrapremium’ de la ginebra y la
tónica, sublimes cáscaras de cítricos, botánicos selectos y copas de
cristal fino. Pero para alcanzar la excelencia resulta fundamental
contar con un hielo de calidad. Es preferible el cubito compacto y
macizo, ya que mantendrá el frío durante más tiempo sin deshacerse.
Además, el hielo será de agua de calidad, no del grifo ya que el cloro
puede ‘matar’ el sabor del combinado.
No todo vale
Cada ginebra está formada por botánicos diferentes que le confieren
sabores y aromas característicos. Por ejemplo, hay ginebras con un
marcado sabor a enebro, mientras que hay otras que gozan de un toque
mediterráneo con aroma a lavanda y tomillo. Por eso es esencial
acompañar cada tipo de ginebra con su botánico adecuado o con su fruta
ideal. El objetivo de esto es aromatizar el gin tonic y para
ello resulta fundamental liberar los aceites esenciales de los botánicos
o de la fruta, que se encuentran en su cáscara. En caso de duda,
siempre apostar por los cítricos. Un consejo: deslizar una corteza de un
limón verde bien lavado por el borde de la copa; a continuación,
doblarla suavemente sobre el hielo con la idea de perfumarlo.
El gin tonic ‘perfecto’ debe contar con un equilibrio
entre la cantidad de ginebra y la de tónica. Así, se recomienda una
parte de ginebra por dos partes y media de tónica. Después, mezclar
ligeramente con cucharilla de cóctel. Los bartenders modernos
añaden frutas diversas; fresas, frambuesa, incluso caña de canela, y
esto está siendo acogido por todo el mundo como el Spanish Gintonic. No es el clásico gin tonic pero no hay nada que objetar; son bebidas muy agradables.
El zumo y la pulpa, para el desayuno
Durante años a algunos combinados se les añadía una chorrito de limón
para potenciar su sabor y esa práctica se ha trasladado equivocadamente
al gin tonic. De hecho, echar limón exprimido o un trozo de
fruta con su pulpa elimina el carbónico de la tónica y con ello las
burbujas, restando fuerza al combinado.
¡No rompas las burbujas!
El último de los ‘pecados capitales’ también tiene mucho que ver con la
burbuja. En ocasiones, a la hora de servir se lanza de golpe la tónica
sobre la ginebra y los botánicos. Al hacerlo, el carbónico tiende a
perderse y con él buena parte de su éxito, que no es otro que ese sabor
burbujeante. Con verter la tónica pausadamente sobre la pared del vaso
es suficiente para evitar ese efecto, aunque la manera más profesional
de hacerlo es usar una cucharilla mezcladora que dará vida a las
burbujas y logrará el efecto deseado a la hora de mezclar destilado y
refresco.